Los conflictos contractuales complejos exigen soluciones técnicas y estratégicas que van más allá del conocimiento jurídico. Según el especialista Carlos Eduardo Rosalba Padilha, la actuación de un perito financiero puede ser decisiva para aclarar puntos oscuros, calcular impactos económicos y garantizar decisiones justas en disputas.
En este artículo, entenderá el papel del perito financiero en los conflictos contractuales, los beneficios de su actuación, los riesgos de no contar con este apoyo técnico y cómo la imparcialidad contribuye a la credibilidad de los resultados.
¿Qué hace un perito financiero en conflictos contractuales?
El perito financiero es el profesional encargado de analizar cláusulas contractuales, identificar fallos de ejecución y calcular perjuicios derivados de incumplimientos. De acuerdo con Carlos Eduardo Rosalba Padilha, este especialista utiliza metodologías contables y financieras para transformar información compleja en informes claros y objetivos.
En disputas contractuales, el perito puede verificar si los pagos fueron realizados correctamente, evaluar reajustes, medir beneficios dejados de percibir e incluso identificar abusos contractuales. De este modo, aporta elementos técnicos que ayudan en la toma de decisiones estratégicas, tanto en el ámbito judicial como extrajudicial.
¿Por qué la imparcialidad es esencial para resolver disputas?
La imparcialidad es un factor determinante para la credibilidad de la pericia. Cuando el perito actúa sin influencias externas, garantiza que los resultados del informe sean aceptados por todas las partes implicadas. Un dictamen imparcial reduce cuestionamientos, fortalece el proceso y asegura que el foco permanezca en los hechos. Además, la postura neutral aumenta la confianza del juez o árbitro responsable de la decisión final.
La presencia de un perito financiero en conflictos contractuales aporta diversos beneficios. Según Carlos Padilha, los principales son:
- Claridad en la información: datos técnicos convertidos en informes comprensibles.
- Cálculos precisos: evaluación detallada de perjuicios, beneficios dejados de percibir y correcciones monetarias.
- Reducción de riesgos: menor posibilidad de decisiones basadas en interpretaciones equivocadas.
- Agilidad: procesos resueltos de manera más eficiente, con base en datos concretos.
Estos beneficios muestran cómo la actuación de un perito puede cambiar el rumbo de una disputa, aportando seguridad a ambas partes.

¿Cuáles son los riesgos de no contar con un perito financiero?
Cuando no hay un perito financiero involucrado, aumentan los riesgos de decisiones mal fundamentadas. Como destaca Carlos Eduardo Rosalba Padilha, disputas complejas sin apoyo técnico pueden resultar en pérdidas financieras injustas, prolongación de procesos e incluso daños a la reputación de las empresas implicadas. La falta de análisis precisos abre espacio para interpretaciones subjetivas, lo que puede comprometer la justicia de la decisión.
Por eso, contar con la experiencia de un especialista es una forma de prevenir perjuicios y proteger derechos. Así, el perito financiero no actúa solo en procesos judiciales, sino también en negociaciones y mediaciones. Para Carlos Padilha, su participación es fundamental para orientar a las empresas en la toma de decisiones estratégicas, especialmente en contratos de gran valor o en disputas societarias.
El perito financiero como aliado indispensable
En un escenario de conflictos contractuales complejos, el papel del perito financiero es indispensable. Aporta claridad, imparcialidad y fundamentación técnica para decisiones más seguras. La presencia de este especialista puede ser el factor diferencial entre un proceso prolongado y una solución eficiente. De esta manera, asegura que cada decisión se tome con base en evidencias financieras sólidas y en cálculos precisos.
Otro punto relevante es la credibilidad que el perito financiero agrega al proceso. Informes elaborados de forma rigurosa e imparcial son aceptados con mayor confianza por jueces, árbitros y mediadores, acelerando la resolución del conflicto. Por último, esta confianza beneficia no solo a las partes directamente implicadas, sino que también preserva la integridad del entorno de negocios y la imagen de las empresas.
Autor: Yuri Korolev