El tributarista Leonardo Manzan señala que, con el aumento de los litigios fiscales en el contexto de la reforma tributaria, cobra relevancia el uso de métodos alternativos para la resolución de conflictos, como la mediación tributaria. La búsqueda de caminos menos costosos y más ágiles se convierte en una prioridad tanto para el fisco como para los contribuyentes, especialmente ante un nuevo sistema que aún requerirá tiempo de adaptación y estabilidad jurisprudencial.
Conflictos tributarios y mediación: alternativas a la judicialización en el escenario posreforma
El modelo tributario brasileño, históricamente complejo y fragmentado, es uno de los principales responsables de la intensa judicialización entre las empresas y la administración pública. Leonardo Manzan observa que, con la entrada en vigor de nuevos tributos como el IBS y la CBS, es natural que surjan disputas interpretativas sobre su aplicación, base de cálculo, alícuotas y régimen de transición, aspectos que pueden aumentar la sobrecarga de los tribunales si no existen alternativas estructuradas de solución.
En este contexto, la mediación surge como una herramienta prometedora. Aunque aún incipiente en el ámbito tributario, ha ido ganando espacio en legislaciones estatales, municipales y en iniciativas de la Procuraduría General de la Hacienda Nacional. El objetivo es permitir que el contribuyente y el fisco lleguen a un consenso antes de acudir al Poder Judicial, respetando los límites legales y los principios constitucionales aplicables.
Ventajas de la mediación tributaria para las empresas y el Estado
Entre los principales beneficios de la mediación, Leonardo Manzan destaca la posibilidad de reducir los costos procesales y el tiempo de resolución de los conflictos. En lugar de esperar años por una decisión definitiva, las partes pueden encontrar soluciones en plazos más cortos, basándose en análisis técnicos, datos objetivos y buena fe negociadora. Esto contribuye a un entorno empresarial más estable y previsible, favoreciendo la planificación de las empresas.
Para el Estado, el uso de la mediación también representa una ventaja. Evita la acumulación de procesos, reduce los gastos con litigios y favorece la recuperación más rápida de créditos tributarios. Además, contribuye a restaurar la confianza entre el contribuyente y la administración, incentivando el cumplimiento voluntario de las obligaciones fiscales y promoviendo mayor transparencia en las relaciones fiscales.

Lo que la reforma tributaria puede impulsar en la cultura de la solución consensuada
Con el nuevo sistema, la adopción de la mediación como práctica institucional tiende a crecer. Leonardo Manzan comenta que el propio rediseño del contencioso administrativo y la tendencia de modernización de la Hacienda Pública abren espacio para una actuación más colaborativa con el contribuyente. El desafío, sin embargo, es crear reglas claras que delimiten el alcance de la mediación, sin dar lugar a desigualdades de trato ni inseguridad jurídica.
También es necesario invertir en la capacitación de los agentes públicos involucrados en las negociaciones y crear estructuras permanentes dentro de las Procuradurías y Secretarías de Hacienda. Para que la mediación sea efectiva, debe institucionalizarse, ser transparente y regirse por principios claros, sin confundirse con renuncias fiscales ni depender de decisiones casuísticas.
Cómo prepararse para aprovechar los mecanismos de solución consensuada
Para aprovechar las oportunidades que ofrece la mediación, las empresas deben actuar de forma técnica y estratégica. Leonardo Manzan sugiere que el primer paso es mapear los principales riesgos tributarios e identificar qué cuestiones pueden ser objeto de negociación. Luego, es necesario reunir documentación robusta, organizar los hechos con claridad y elaborar propuestas coherentes con la legislación vigente.
Otro punto esencial es contar con un equipo jurídico actualizado y con experiencia en mediación y negociación con entes públicos. Una preparación adecuada no solo puede evitar la judicialización, sino también generar soluciones más favorables que aquellas obtenidas tras años de litigio. La cultura de la conciliación, cuando se utiliza correctamente, puede transformar la relación entre el contribuyente y el fisco, promoviendo un sistema más equilibrado y funcional.
Según Leonardo Manzan, la mediación tributaria no sustituye al contencioso judicial o administrativo, pero puede ser una herramienta complementaria poderosa en el contexto de la reforma. La clave está en utilizar los instrumentos disponibles con estrategia, técnica y responsabilidad fiscal, alineando los intereses públicos y privados en torno a soluciones sostenibles.
Autor: Yuri Korolev